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lunes, 19 de julio de 2010

Kyle




Salamandra

John

Mi nuevo y desesperante amigo Lenz

He dejado pasar mucho tiempo sin escribir, pero la verdad es que solo escribo cuando tengo que sacar algo de mi mente. Hoy fui un desastre en la escuela, llegué acabado, con los ojos rojos de sueño, con golpes por todos lados y todo gracias a la fiesta de ayer en la noche a la que no debí haber asistido, no sin mi fuerza de luna llena, pero desgraciadamente había perdido la noción del tiempo. Una fiesta salvaje al aire libre, sobre el helado asfalto, alumbrada por la luz de la luna, donde las bebidas eran cantaros de sangre y los invitados acaban muertos. Es el tipo de fiesta juvenil en la que se involucran personas como yo, y como Lenz.
Ayer llegué temprano a la escuela. Tomé el lugar de siempre en el aula, comencé a hacer ruido con mis dedos golpeando la madera del escritorio. Sentía hervir la sangre, sabía que esa noche habría luna llena. Nunca antes me había sentido tan extraño, deseaba que la luz me cubriera, deseaba hacer daño y destruir cosas, percibir el olor del terror. Pero por otra parte tenía miedo, no sé a qué pero me sentía aterrado. Escuché voces que venían desde las escaleras, últimamente mis sentidos se habían agudizado, ahora puedo hacer cosas que antes no podía. Escucha venir a los odiosos de la escuela, venían cuatro. Escuché sus malditas risas desde que apenas habían comenzado a subir las escaleras aunque yo me encontraba en el tercer piso. Golpearon la puerta aunque esta estaba abierta. Seguían riéndose como idiotas. Solo reconocí a dos, no he tratado con los otros dos.Estos desconocidos no entraron al aula. Uno de ellos era John, es capitán del equipo de futbol, se rumora que su fuerza es anormal. Tiene el cabello corto y castaño, y tiene también unos enormes dientes que le dan el aspecto de un burro. El otro es Kyle, es rubio y mucho más alto que yo, delgado como si no hubiera comido en todo el año y con unos ojos de un color muy extraño, son verdes pero a veces parecen amarillos, cosa que creo soy el único que ha notado.
-Oye, allí esta nuestro amigo, ¿Por qué estas tan solo?-John se acercó y me puso la mano en el hombro.- ¿Qué grosero eres, no piensas saludarme, como quiera que te llames?- lo miré a los ojos, me quitó la mano de encima.
-Se llama Kreuz, idiota-dijo Kyle, se acerco viéndome con sus horribles ojos. Levanto su mano dirigiéndola hacia mí, yo solo continúe mirándolo como si fuera a descuartizarlo, pero aun así continuó, tomó las puntas de mi cabello y las retorció con sus largos dedos huesudos. Kyle me miró con el mismo odio con que yo lo hacía. Al fin me quitó las manos de encima.
Desde siempre he sabido reconocer a los monstruos como Kyle, así como ellos saben que no soy un simple humano. El problema es que ellos saben que estoy completamente solo. Kyle y John pertenecen a un clan, y son protegidos por él. Por eso se pasan las noches molestando a otros mutantes solitarios como yo. En aquel momento solo deseaba la luz de la luna.
-Oye, Kyle- mi voz sonó rara para mí, no había hablado con nadie en los últimos días-Hoy es un dia casi perfecto…solo me falta tener tu sangre. - Kyle borró su asquerosa sonrisa.
-Entiendo lo que dices…-volvió a sonreír dejando ver su dentadura completa.
-¿Qué estas estás esperando pulgoso, quieres morderme?- John intervino sobresaltándose desde la espalda de Kyle, me puse de pie dispuesto a responder a la agresión, pero Kyle se interpuso tratando de frenar a su acompañante.
-Qué tal si nos vemos esta noche-las palabras brotaron desde mi estomago.
-¿Qué estás diciendo, mi amigo? Eres un cobarde, quieres tomar ventaja ¿no? ya sé que esta noche habrá luna llena…-aun no sé por qué me sorprendió que supiera que esperaba la luz de la luna.
-Si no lo hace…- interrumpió alguien desde la puerta, no lo había visto antes pero al parecer Kyle y John si-será él quien esté en desventaja.
-Hola Lenz-dijo Kyle con voz sarcástica-¿conoces a nuestro amigo Kreuz?
-Disculpa que me entrometa, pero acordamos que hoy tendría mi revancha, ¿recuerdas?
Las cosas comenzaban a ser malas para mi, si no peleaba hoy estaría completamente perdido. Kyle se volvió hacia mí.
-No esperaré un mes para pelear contigo, no me importa en qué situación te encuentres hoy te destruiré…será tu problema si no logras matarme antes de que salga la luna.
-Se me ocurre una buena idea…-Kyle hizo una larga pausa, John, Lenz y yo lo mirábamos esperando su respuesta.- Que sea una pelea dos contra dos, John peleará junto conmigo contra ustedes dos, en el parque Minion- Kyle volteó a verme- Será al atardecer, justo cuando comience a ocultarse el sol…¿te parece bien?
-Perfecto-luego todos nos volvimos hacia Lenz, quien asintió con la cabeza aprobando nuestro acuerdo. Al momento el profesor de algebra ingresó al aula y nos contempló unos segundos mientras estábamos los cuatro allí parados, Kyle volteó a ver al recién llegado, y fue entonces cuando el profesor desvió la mirada y se dirigió hacia su asiento. Nos miramos por última vez y nos separamos.
La clase acabo antes de que me diera cuenta. Yo estaba distraído imaginando como sería mi próxima pelea, aunque no conocía que clase de poder tenia Kyle. Fui el primero en salir de esa apretujada aula, camine unos minutos sin rumbo, no me interesaba ir a la siguiente clase. Continuaba creando las imágenes del duelo que tanto esperaba hasta que alguien me saco de mis fantasías.
-¿Olvidas que yo también estaré allí?-era el entrometido de Lenz.
-¿De qué hablas, fenómeno? ¿Estabas…
-Exacto, justo eso estaba haciendo- leyó en mi mente lo que iba a decir.
-¿Qué no tienes clase?
-Vaya, me sorprende que no lo sepas
-¿Crees que estoy leyendo mentes todo el día? Es agotador y es aburrido. Y si, se que tienes clase de historia, llevas esa clase conmigo. Sí ya sé que jamás supiste que estaba allí y estoy de acuerdo en que eres distraído.
-Creo que no es necesario abrir la boca para hablar contigo-lo mira de reojo con el ceño fruncido como quien ve a un animal parir en la calle.-Dijiste que no leías mentes todo el tiempo.
-Eres lento para responder. Ahora escúchame, vamos al último piso de la biblioteca, siempre está vacío, voy a decirte unas cosas sobre Kyle, y más te vale acceder porque no peleare junto a un hombre lobo inútil. Me dijo desdeñosamente mientras me jalaba para que lo siguiera. Subimos por las escaleras de la biblioteca hasta el último piso aunque todo el lugar parecía desierto. Nos metimos entre los estantes de libros de botánica, los que nadie revisa nunca. Lenz hecho un vistazo a los pasillos cercanos, mientras que yo avancé al fondo del pasillo de botánica para abrir la ventana, me senté en el suelo y encendí un cigarro. Lenz me miro con desdeño después de que noto el humo, pero no se molesto en decirme algo reprobatorio, por cierto olvide mencionar que Lenz es un ñoño o tal vez sólo es fastidioso. Se sentó en frente de mí.
-Bueno, ahora dime todo lo que sabes-solté el humo en su cara.
-Kyle es una salamandra-lo miré incitándolo a continuar-¿No sabes lo que es una salamandra?
-No creo que sea el tipo de salamandra que conozco.
-Una salamandra, es el símbolo de la alquimia, puede vivir en el agua como en la tierra.- Escribí en mi mente en letras grandes ‘’idiota’’, se que Lenz lo vio- ¡Déjame terminar!
-¡Sólo dime como matarlo!
-No estoy seguro de cómo hacerlo. Lo único que sé es que el fuego no le hace daño, y cuando le amputas cualquier extremidad, esta vuelve a crecer.
-¿Haz intentado degollarlo?
-No-al parecer de nuevo leyó mi mente- ¡No es tan fácil! Es muy rápido, además su piel es babosa.
-Puedo contra él, tu encárgate de Johnny- apagué el cigarro en la pasta de un libro de jardinería- él es el que me preocupa. Sólo tengo que resistir hasta que aparezca la luna, luego los haré trizas.
-¿De qué hablas? Aun de día tienes una fuerza increíble, ¿Qué no recuerdas la pelea de anoche?
-No te engañes- me pase los dedos entre mis cabellos mientras volteaba a otro lado avergonzado- Lo único que hice fue huir. Se me había olvidado que no habría luna llena.
-Pero tú lo dijiste. Tú dijiste que la sentiste un éxtasis parecido al que normalmente experimentas antes de tu trance.
-No lo dije. Lo pensé- Lo miré como cuando una profesora se harta de tener que repetir la misma instrucción una y otra vez.- Yo nunca digo nada.
Lenz volteo los ojos, suspiro y luego se rascó la nuca. Encendí otro cigarro.