No había visto a Vincent desde hace dos días (desde la luna llena), pero hoy al fin apareció. Tenía un aspecto demacrado, como si estos dos días no hubiese dormido ni comido nada en absoluto, se había dislocado el hombreo izquierdo y tenía rasguños cicatrizados en el rostro y en las manos. No estoy seguro de si sentí asco o lástima, pero no quería ni siquiera mirarlo, y si hubiera tenido la oportunidad de hacerlo pedazos en ese momento probablemente no habría podido hacerlo. Obviamente tuve que ver con esas heridas, pero no recuerdo muy bien lo que pasó la última vez que nos vimos.
Hace unos días estaba tan desesperado por encontrar la manera de enfrentarme con él en plena luna llena que solo pensaba en eso. Sentí nuevamente ganas de destruir cosas y ese enfermizo deseo de ver sangre. Me sentía desesperado y enojado, deseando mas que nada que la luz de la luna me cubriera. Incluso deseaba sentir ese fuete dolor que me causa el crujir de mis huesos. Me estaba desquiciando, en pocas palabras. Mi principal obsesión era encontrar una forma de seguirlo. Pensé en un millón de cosas, como pegar algo oloroso en la suela sus zapatos, o tirarle algo encima, o si se quitaba su chaqueta haría que Lenz se la pusiera (si acaso de distraía) para que dejara su olor en ella, pero cada idea que se me ocurría era más estúpida que la anterior. Comprendí que ya me estaba volviendo loco, pero me importó poco, pues no era la primera vez que pasaba esto.
Obviamente Lenz se dio cuenta de todo. Aquel día él y yo hablábamos de esto en plena clase de historia (veré si recuerdo exactamente lo que hablamos):
-¿Por qué no lo sigues y ya?- supongo que estaba más que arto de escuchar los mismos pensamientos todo el día. Pensé en la luna.- Ah, sí.
-¿Se te ocurre algo? Dame ideas.
-Se me ocurre algo: Puedes dejarlo en paz- no me hizo gracia en lo absoluto- Créeme, es mejor así.
-¿Qué quieres decir con eso?
-Ayer hablé con él- me sorprendí enormemente al escuchar eso, simplemente no podía imaginarme la escena- ¿acaso has intentado acercarte a él como una persona y no como una bestia? Ya sabe que eres un animal, tosco. Y también sabe que lo buscas.
-Ese cobarde. ¿Prefiere huir de mí?-dije algo decepcionado.
-No exactamente.-la profesora volteó, Lenz simulaba no hablar conmigo. Luego pensé algo malo, y me dije “Busco matarlo o ser muerto por él”. Lenz tuvo que responder en voz alta- Haz lo que quieras, Kreuz. No me interesa.
Después de esa clase no entré a ninguna otra, se me acababa el tiempo y necesitaba acabar con eso. Luego de un rato, se me ocurrió pensar que la idea de Lenz no era tan tonta como las mías, así que subí a la azotea del edificio principal, para ver a Vincent cuando saliera. Era necesario subir hasta el techo, porque sinceramente el tipo no tiene un pelo de idiota, y tal vez sospechaba que lo seguiría esa misma tarde. Estuve allí un buen rato, hasta que todo mundo empezó a salir, vigilé también las otras salidas, aunque en vano, porque salió por la entrada principal. Bajé tan rápido como pude, afortunadamente no lo había perdido de vista. Simplemente caminaba lento, como si disfrutara el clima cálido de la tarde, sin sospechar nada, así que caminé tan lento como él lo hacía. Lo seguí no más de 5 minutos cuando hizo algo que no esperaba. Se metió a un callejón sin salida, no pudo haber notado que lo seguía, a menos de que tuviera ojos en la espalda o que tuviera el olfato tan desarrollado como el mío. No creí conveniente asomarme al callejón hasta que recordé que allí podría desaparecer usando sus habilidades que obviamente yo desconozco hasta el momento. Así que miré dentro del callejón y lo encontré escalando el muro, sujetándose de los marcos de las ventanas y de las tuberías. Había supuesto correctamente. Escalaba sorprendentemente rápido, que en menos de un minuto estaba llegando al techo del edificio, que tenía como unos tres pisos. Cuando desapareció lo seguí sin pensarlo dos veces. Me di cuenta de que era más difícil de lo que parecía, y tardé más que Vincent en llegar al techo, pero afortunadamente, logré verlo como a tres o cuatro edificios de distancia y luego desapareció como una liebre al meterse en un agujero. Fui a donde lo había desaparecer, esperaba encontrar el hueco por donde había desaparecido, estaba muy seguro, no imaginé que pude haberlo perdido aunque en ese momento estaba ciego. Al fin encontré lo que buscaba, era un hueco donde antes había una especie de ventana plástica. Ya no estaba seguro de lo que iba a hacer, me quede allí pensando alrededor de dos minutos, luego entré sin importarme el ruido que hiciera al caer. Busqué a Vincent con la mirada, lo encontré encendiendo un montón de velas que estaban pegadas sobre un espejo que estaba en el suelo, luego se sentó justo al lado de ella y se quedó allí viéndolas un momento como si yo no estuviera allí. Tanta tranquilidad me asustó por un momento.
lunes, 8 de noviembre de 2010
Vince
Publicado por Stein Adler en 14:40 0 comentarios
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