Al principio me había propuesto escribir solamente sobre las noches en que me transformara, pero me he adelantado una semana a la luna llena. Y es que ahora han pasado cosas que no comprendo y me pareció buena idea escribirlo.
Todas estas cosas extrañas comenzaron al mismo tiempo que esta semana. Lenz me enseñó un periódico del domingo, cuyo encabezado era ‘’Desastre en la calle Roman’’. No me interesó leer el artículo, incluso aun cuando las imágenes eran bastante llamativas y, sinceramente, iban de acuerdo a mis gustos. En ellas se veía un caos que sólo podía ser a causa de algún desastre natural, pero ¿sería posible que sólo ocurriera en esa calle y no en los alrededores? Los árboles de esa calle habían desaparecido, había un montón de vidrios rotos y piezas de metal en el suelo y los carros se encontraban deformes y sin pintura. Según Lenz, el artículo decía que las autoridades e investigadores sospechaban que se trataba de una bomba, pero ningún vecino escuchó nada estruendoso como eso. Lenz sugirió que se trataba de algún monstruo, pero jamás he escuchado de algún monstruo pudiera hacer destrozos de ese tipo. Luego pensé en la posibilidad de que pudieron haber actuado más de uno, pero no me podía explicar cómo fue que se destruyó aquella calle. Por otro lado, Lenz parece seguro, al parecer sus habilidades desconocidas le ayudarán a descubrir a dicho monstruo criminal. Por cierto, se me ha olvidado por completo preguntarle sobre su naturaleza.
Segunda cosa rara de la semana. Estaba como siempre distraído, y Lenz estaba más inquieto que nunca, preguntando cada quince minutos si percibo algo raro. Jamás noté nada fuera de lo normal, mucho tiempo después me di cuenta de que hablaba.
Ayer Lenz me contó que me vio llegar a la escuela. Llegué dos horas tarde(es complicado anotar el por qué), y casi me estrello con un sujeto extraño que no había visto nunca, cuando iba doblando una esquina, lo que me obligó a tratar de poner más atención al resto del camino. Luego llegué a donde estaba Lenz.
-¿Qué no te diste cuenta, torpe?-estaba algo inquieto.
-¿De qué? – Creí saber a qué se refería- Ah ya… venia dormido y además distraído, ¿te sorprende?-Lenz se golpeó la frente con la mano.
-¿Y venias tan distraído que aun habiéndolo percibido kilómetros a distancia no lo evadiste?
Sentí que algo en mi cabeza pateó con fuerza mi cerebro. Al fin había amanecido. Miraba al suelo tratando de comprender lo que acaba de ocurrir.
-Lenz…Yo no percibí nada en absoluto- Y Lenz levantó los brazos dando gracias al cielo.
-¡Exacto! ¡Exactamente a eso me refería! Ahora que entiendes y ya estamos en sintonía, te informo que yo jamás he escuchado sus pensamientos. Es como si no pensara nada de nada. ¿Y tienes alguna idea de lo que puede significar esto?
-Que…él…no lo hemos notado.
-Exacto, no sabemos cuánto tiempo haya estado aquí justo en frente de nosotros.
No me concentré en el resto de las clases, pues ese fenómeno ocupó mi mente todo ese tiempo. No podía creer que me hubiese burlado por completo, además de inquieta saber si se trata de algún monstruo peligroso y astuto o de un simple insecto que se oculta así mismo para evitar los conflictos. Un montón de ideas llegaron a mi cabeza.
Tercera cosa extraña. Un estudiante nuevo llega y se van otros tantos. Se me había olvidado mencionar que Kyle se encuentra bien pero no regresó a la escuela. John siguió como si nada, hasta que apareció este extraño sujeto. John y otras personas que frecuentemente estaban con él desaparecieron desde hace dos días. Este sujeto me está empezando a preocupar, sin mencionar que para mi él es invisible. Nada es peor que un enemigo que no puedes ver y que posiblemente te asecha. Sin embargo siento que esta maldición jamás me abandona, mi instinto me incita a buscarlo y quitarlo de mi camino.
Luego mis miedos se disiparon. Una de esas veces de terrible jaqueca decidí salir temprano de la escuela, pero antes me acerqué a un bebedero, porque cuando la luna llena esta próxima me siento sediento, más hambriento de lo normal, y todas esas cosas de las que ya he hablado. Al volverme a erguir vi que del edificio salía el loco desconocido. Fui detrás de él, pero no tardo nada en darse cuenta y volverse hacia mí, e inmediatamente lo empuje hacia la pared más cercana. Por un momento creí que atravesaría la pared, de hecho, si no fuera porque acaba de ponerle las manos encima habría jurado que estaba frente a un fantasma. Este sujeto, es insípido en todo sentido. No tiene aroma alguno, por eso no lo detecto. Tampoco tiene color, si no que es en extremo pálido, y en su rostro tiene siempre la misma expresión melancólica, como de muerto. Su voz es seca, monótona y apagada, como leyera en voz alta un libro de medicina. Y lo más raro de todo, su delgado cuerpo está siempre frio. Solo me miraba. Sentí un escalofrió recorría mi espalda.
-¿Qué quieres?
-Que me digas quien eres.
-Vincent. Vine de Hungría hace unas dos semanas.- fue un alivio saber que no llevaba demasiado tiempo entre nosotros.- ¿Ya estas contento?
-No. Dime que eres tú.-trataba de no verlo directo a los ojos.- ¿Qué clase de fenómeno eres tú?
-No hay ninguna clase. Sólo soy yo, a diferencia de ti, que como tu he conocido muchos.-Me sentí gravemente en desventaja.- Ahora no tengo tiempo, pero ya nos veremos en otra ocasión…
Se zafó de mi opresión sin mucho esfuerzo y se fue tranquilamente. No me sentí con ganas de perseguirlo, además me di cuenta de un profesor pasaba por allí, y Vincent se había marchado justo a tiempo.
Le conté todo esto a Lenz, omitiendo algunos detalles. Se sorprendió de saber que habíamos hablado, seguramente él también pensó de que se trataba de algún zombi. O tal vez esperaba desafiarlo antes que yo. Por desgracia para Lenz, Vincent ya es mi blanco, y la próxima vez que lo vea será bajo la luz de la luna. Ya me las arreglaré para que así suceda. Debo admitir que esto me produce una especie de felicidad, sinceramente, no sé qué haré el día en que los retos se me terminen.
jueves, 28 de octubre de 2010
Insípido
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martes, 26 de octubre de 2010
lunes, 25 de octubre de 2010
Mi querida Madre
Creo que cometí una gran idiotez. No he escrito desde hace unas dos semanas, y la razón es que perdí el diario, y mágicamente apareció hoy bajo mi almohada. Eso es lo que hacen las niñas y los maricas, ¿Qué hacia mi cuaderno allí?! (Incluso llamar a esa cosa diario me hace sentir como un estúpido). Era obvio que alguien lo había tomado. Desapareció el día que Lenz se fue de aquí. Dudo que él lo hubiese tomado, pues le resultaría mucho más fácil leerme la mente que tratar de descifrar mi espantosa letra. No es que me importara mucho escribir, es que si alguien leyera todo esto…creo que eso no importa. En fin, lo que me preocupaba y que menos quería en la vida era que mi mamá lo leyera. Y a si fue. No me lo dijo, ni hiso nada para que yo me diera cuenta, excepto que ayer vino mi queridísimo, estimado y simpático amigo el doctor Watson.
Yo llegaba, como siempre, hastiado de la escuela. Entre y lo primero que vi fue a mi madre sentada en el sofá, sosteniendo una tasa en sus pequeñas manos. En cuanto entre bajo la mirada, iba a decir algo pero el doctor Watson la interrumpió. No pude evitar dejar escapar una mueca de desagrado cuando me saludó:
-Buen día, joven- permanecí callado, tratando de escupir al menos dos palabras que no fueran ofensivas.
-Emm…eso- di media vuelta rápidamente decidido a subir a mi habitación.
-Kreuz, quisiera hablar un momento contigo-respire hondo, muy hondo. Me di cuenta que mi madre aprovechó para escapar a la cocina mientras estaba de espaldas.
-¿sí?
-Tu madre está preocupada por ti. Dice que has estado muy raro estos últimos días, que regresas siempre con rasguños nuevos…
-Es propio de la edad, supongo.
-Pues eso parece. Dime una cosa ¿Hay algo que te aterre? Algo como pesadillas.
-No- vi que el viejo Watson iba a decir algo, pero me adelanté a él-Estoy perfectamente bien, señor. Sin alucinaciones, sin pesadillas, ni drogas, ni alcohol ni nada por el estilo.
-Por favor, muchacho, confíe en mi. Le aseguro que solo intento ayudarle, intento hacer mi trabajo.
-Pues lamento tener que hacer de su trabajo un fastidio, así como usted me fastidia la existencia.
-Créame cuando le digo que sólo quiero ayudar…
-¿Ayudar? ¿Quiere ayudarme o más bien sólo le importa ganar su sueldo?- el doctor no dijo nada, no es tan mal viejo después de todo- Si acaso es cierto eso que dice, entonces comience a ocuparse de mi madre. Ella es la del problema.
-¿Está usted jugando conmigo?
-Claro que no. Sabe qué, empiezo a dudar de usted. Si es un profesional, ya debió haberlo notado hace mucho…al menos antes que yo. Ella tiene un problema y no lo sabe.
Hubo silencio. Ya no había nada más que decir así que subí a mi habitación a dormir, pero no pude hacerlo; escuchaba sus voces, la de Watson y la de mi madre. Al parecer el doctor olvidó notificar a mamá de su problema, pero al menos recordó decirle que me encontraba bien y que no tenía que preocuparse por mí.
Mi madre no me ha preguntado nada sobre el cuaderno. De hecho no me ha dirigido la palabra. Tal vez quiere evitar que le diga algo que no quiere escuchar, como reclamarle sobre la visita del doctor. O no sé. Tal vez algún día llegué a ser un monstruos hasta para con mi propia madre.
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sábado, 23 de octubre de 2010
Continuacion...
Me moría de cansancio así que tuve que dejar de escribir. La verdad es que todavía estoy muy adolorido. Ese desgraciado de Kyle no es tan débil físicamente como aparenta, me sorprende no haber terminado con huesos rotos. Honestamente, y aunque llegue a sonar algo arrogante, me enorgullecen todas las noches de las que he salido victorioso desde que descubrí mis nuevas habilidades, y sin contar ni una sola derrota. Sé que incluso podría derrotar a mi padre si me encontrara con él.
Bueno, regresando al tema, me quedé dormido y ahora, a las 5:22 a.m. me despertó una sed de perro (demasiada similitud, que ironía). Fui por agua y regresé, y ahora se me ha ido el sueño. La verdad es que me decidí a escribir, porque ya no soporto pensar. Suena estúpido si lo digo así, pero es cierto. Uno antes de dormir da vueltas en su mente a lo ocurrido en el día, recuerda las vergüenzas y errores que cometió, piensa en una persona (no precisamente a quien ame) y empieza a recordar cosas del pasado. Este tipo de pensamientos me agobian, y ya no me siento seguro ni en mi propia mente, sobre todo con un sujeto que lee mentes a mí alrededor. Y hablando de este sujeto, ahora mismo está tirado durmiendo (o desmayado, no se la diferencia) a un lado de mi cama, porque ni aunque tuviera muchas energías y no quisiera dormir le cedería a alguien mi pertenencia más preciada y el único lugar en el mundo en el que puedo descansar, mucho menos ahora con mi sentido del olfato súper desarrollado, pues no podría dormir allí hasta que su olor y su esencia desaparecieran. De hecho empiezo a arrepentirme de haberlo traído aquí. Pero en fin, sé que algún día tendrá que regresarme el favor, pero dudo estar algún día en su situación. Continúo con lo que escribía.
Ayer nos encontrábamos Lenz y yo yendo hacia el parque Minion a la hora que acordamos. Kyle y John ya estaban allí, cosa que no me sorprendió. A pesar de que no sabía exactamente a que me estaba enfrentando me sentí muy seguro. Vi que los ojos de Kyle estaban más raros que nunca, y John no dejaba de murmurar tonterías, y Lenz tampoco.
-¿Qué dices?
-Que estas demasiado quieto-repitió Lenz levantando un poco más las voz.- Y sé muy bien, que no es por prudencia.
-No sé de qué me hablas.
Lenz iba a responderme algo, pero ya estábamos muy cerca de esos dos monstruos. Luego entendí a que se refería Lenz. Esos impulsos, la ira y el éxtasis estaban ausentes en aquel momento, aunque la luna estaba a punto de aparecer. Aun no se qué diablos me ocurría en aquel momento. Me importó poco, la verdad no podía imaginarme a mí siendo derrotado por Kyle o por John. Enseguida recordé que no conocía las habilidades de Lenz además de la de leer mentes. Pensándolo bien, desde que lo vi por primera vez, hasta ahora, no siento que se trate de un monstruo, es anormal eso sí, pero no es exactamente un monstruo. Por cierto, entre personas como yo, ser llamados ‘’monstruo’’ es un alago.
Mientras pensaba todo esto Lenz y Kyle hablaban, no preste atención. Yo estaba distraído viendo a la nada. Ninguno de nosotros parecía dispuesto a iniciar la pelea excepto John, la persona que menos tiene que ver en este conflicto.
-¡Ya basta! ¡Ya se oculta el sol!-grito John desesperado. Todos volteamos al cielo buscando la luna que ya lograba distinguirse en el cielo. Necesitaba que me cubriera por completo. Mientras estábamos los tres distraídos, John me atacó. Era prioridad para ellos el evitar que me transformara. Apenas logré reaccionar al golpe de John, que pudo haberme dejado fuera de combate enseguida, considerando su fuerza anormal. Mientras yo huía de los golpes de John, Lenz combatía a Kyle. No observé bien lo que ocurría en el otro combate, yo tenía mi propio problema. Comenzaba a sentir la intensa jaqueca. John acertaba sus golpes con mayor frecuencia, y a este dolor se sumaba el de mis huesos. Estos intensos dolores eran mi aliento. No hacíamos lo que acordamos (que Lenz se encargaría de John) pero en aquel momento no pensábamos en eso, y al parecer nuestros contrincantes habían hecho lo mismo que nosotros. Al ver que John no había logrado aniquilarme, y que el cielo estaba más oscuro, Kyle decidió cambiar de contrincante. Solo sentí que sus asquerosas manos frías me tomaban del cuello. Me volví hacia a él y lo vi convertido en un monstruo. Y pensaba que ya era feo y asqueroso. Su piel se volvió rojiza. De sus dedos salían unas garras como de lagartija que me rasgaba el cuello, y su aliento olía asqueroso. De su espalda salían dos alas emplumadas, que a mi parecer eran pequeñas para su levantar su peso. Emprendió el vuelo con mi cuello entre sus manos. Ya comenzaba a transformarme. Ya habíamos alcanzado una gran altura, luego Kyle comenzó a descender a una velocidad peligrosa que de haber ido contra el suelo nos habríamos muerto los dos. Nos hundimos en la laguna. Recordé lo que Lenz dijo sobre las salamandras. Hice conforme a mi instinto y lo mordí en el cuello. Note que sangraba mucho, lo que también me indicó que me había transformado. Kyle me soltó y salió del agua. Lo imite. Al salir a la superficie inhale como nunca en mi vida. Salí de la laguna. Me sorprendió un poco el hecho de que pudiera nadar convertido en hombre lobo, ya que como humano jamás había nadado. Vi a Kyle jadeando echado en la tierra, jadeando y cubriéndose la herida con la mano. No pensaba como humano en aquel momento. Fui precipitadamente hacia a él decidido a destrozarlo, a medida que me acercaba, se erguió y mostró sus dientes afilados y amarillos. Me di cuenta por primera vez que mi mandíbula (sospecho que también mi cráneo) había crecido demasiado, pues recuerdo que le mordí la cabeza y la mitad de su cráneo estaba en mi hocico. Ahora entiendo el por qué de las jaquecas.
Después de eso Kyle quedó fuera de combate, sinceramente no creo haberlo matado. Busqué a mi próxima víctima, a John. Los vi a lo lejos, aun seguían peleando, fui tan rápido como pude hacia ellos.
Cuando me encontraba a medio camino las nubes cubrieron la luna, y comencé a retorcerme nuevamente de dolor. Estaba volviendo a mi forma humana, y de una forma violenta. Nunca antes me había pasado esto. Sentí que la cabeza me iba a estallar, y que todos mis huesos se quebraban a la vez. Creo que mis gritos resonaron en cada calle de la ciudad y además alarmó a la gente, y por eso, para desgracia de nosotros que nos divertíamos, llegó la policía. John y Lenz se quedaron inmóviles esperando que los oficiales no los vieran. Estaba oscuro, y los policías estaban muy lejos para vernos. Otro infortunio. La nube que tapaba la luna se había movido. No tengo que repetir la historia de mi sufrimiento de nuevo. Mi corazón estaba vuelto loco. Con el apoyo de la luz de la luna y el escándalo de mis horrorosos gritos la policía nos encontró. Eso me importo poco, ya estaba convertido en hombre lobo. John había huido ya y Lenz estaba petrificado. Los policías al verme enloquecieron, algunos huyeron como maricas, otros sacaron sus armas y me apuntaron. Al ver la amenaza de los valientes (o tontos) policías les rugí como la bestia en que estaba convertido. Ya me había decidido a saltar sobre ellos, pero algo me distrajo, era Lenz que gritaba como loco tratando de llamar la atención de los policías, pero la mayoría no podía quitarme la vista de encima. Me volví hacia a ellos, y me sorprendí al ver que todos los oficiales estaban tirados sobre el césped. Después de eso no recuerdo muy bien que pasó. No era muy tarde. Nuestro combate no puedo haber durado más de dos horas, supongo. Creo que vine a mi casa convertido en hombre lobo, cosa que ahora creo que había estado haciendo cada luna llena, pues no encuentro otra teoría para explicar cómo es que amanezco tirado en mi cama. Recuerdo que traje conmigo a Lenz porque estaba tirado inconsciente, se desmayó al mismo tiempo que los policías, o eso creo. Debo prestar más atención. Pensé que tal vez ser trataba de la misteriosa habilidad de Lenz, y que se desmayó porque estaba muy agotado por la pelea contra esos monstruos. Y así fue como término este día. Ahora sé lo que pasará durante las noches brumosas; me transformare varias veces y llamaré la atención de los policías. Tendré que prever con tiempo y buscar un lugar apartado, o si no me volveré famoso y los monstruos no dejaran de perseguirme. Me pregunto si aunque el cielo estuviese completamente nublado me transformaría. Nota: Preguntar a Lenz sobre sus poderes y qué tipo de mutante es.
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